Mejores restaurantes del 2023
GASTROESCAPADAS

Descubrimientos gastronómicos del año: los 23 del 2023

Un año más vamos a hacer repaso de lo comido y lo viajado. Como es nuestra tradición anual, hemos recopilado los bocados más destacados de este 2023.

Descubrimientos gastronómicos del año: los 23 del 2023

Algunas consideraciones a tener en cuenta antes de entrar en materia, a modo de disclaimer:

  1. Igual que el año pasado, los lugares que aparecen en esta lista pueden ser aperturas recientes o no, pero comparten el criterio de ser nuevos para nosotros. Esta es la razón de que los cataloguemos como «descubrimientos», aunque quizás no lo sean para ti.
  2. Debido a ello hay algunas ausencias entre las comidas más sobresalientes del año, las nombraremos al final.
  3. No queremos hacer un ranking, el orden es totalmente circunstancial. Este listado solo refleja las experiencias y gustos de dos personas que disfrutan mucho comiendo.
  4. Aunque hay una ocasión para todo y a nosotros nos tira por igual un bar de barrio que en una casa de comidas, o un restaurante gastronómico, es justo reconocer que no juegan en la misma liga. Por eso hemos dividido los establecimientos según su tipología.
  5. Aunque en 2023 hemos viajado a Italia, Dinamarca y EEUU, esta selección se centra únicamente en el territorio nacional.
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La Fisna
La Fisna

Los Crustáceos (Madrid): Minúscula marisquería en el barrio de Guindalera donde chuparse los dedos con sus zamburiñas a la plancha, sus boquerones en vinagre o sus tostas de ahumados, amén de otras cosas igual de interesantes y a muy buen precio.

Cruda Bar (Madrid): Si eres de los que piensa que la vida se vive (bebe) a impulsos, Cruda es la felicidad en botella. Una taberna de vinos naturales a la que acudir sin miedo gracias a los camareros que te guían y recomiendan lo que te puede gustar. La carta es corta y apetecible, a destacar unos torreznos de lágrima.

La Fisna (Madrid): Esta taberna y bar de vinos con casi 40 referencias por copa a precios sensatos es una parada muy interesante en Lavapiés. Tapeo sencillo pero bien afinado y una tarta de queso con helado de galleta que hay que probar.

La Gildería (Madrid): Madrid tiene alma viejoven y nosotros estamos muy a favor de que se haya vuelto a poner de moda el laterío, el vinagreo y los vermuts. El nombre del local ya nos da una pista de lo que nos ofrece: gildas a gogó que elaboran a diario con anchoa, boquerón, pulpo o atún, aunque también las hay veganas. Las conservas tienen sello gallego, el de La Curiosa, El picoteo se completa con patés, molletes y pequeñas raciones para elevar la hora del aperitivo.

Bar Taberna Fausto (Zaragoza): Alegría, rapidez y economía todos los días. El Fausto es un bar para entrar de lleno en el alma de la ciudad maña. Además de por su ambiente, lo que lo convierte en nuestro bar favorito de la Zaragoza es su vermut con sifón y la croqueta de vinagrillos. Hay que estar atento, porque vuelan en cuanto salen de la cocina.

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Otoro
Otoro

Otoro (Madrid):  En Otoro les ha dado por unir el concepto de barra omakase proveniente de japón y el de taberna española y castiza, de modo que puedes maridar tu sushi con una copa de albariño o pedir una tortilla al estilo Betanzos con anguila, soja y mirin. Una muy buena mezcla, de verdad.

Miss Jianbing (Madrid): El jianbing (una especie de crepe chino que se puede rellenar con diferentes ingredientes como carne, verduras o sí, también churros) es el eje que guía su breve carta. Y no le hace falta más, aunque puedes acompañarlos de fideos de batata picantes. Como sugerencia, prueba a cerrar la comida con alguno de sus mochis variados. Te conquistarán desde su curiosa presentación.

Haranita (Madrid): El hermano pequeño de Nakeima es un sí mayúsculo. Pocos sitios de la capital conocemos en los que den tata «jaranita» por tan poco. A nosotros nos encanta sentarnos en su barra y repetir o tripitir los baos que más nos gustan. Todos son asombrosamente esponjosos y se encuentran bien equilibrados, pero el black bao es de matrícula de honor.

Kim’s (Las Palmas de GC): Una experiencia culinaria auténticamente coreana apta para todos los paladares. Su apetitosa carta está repleta de matices y sabores adictivos. Las alitas de pollo frito son extraordinarias, al igual que los fideos de batata con verduras (japchae). La cuenta es un regalo.

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Taberna de los Verdugo - Mejores restaurantes del 2023
Taberna de los Verdugo

The Omar (Madrid): Parada obligatoria a cualquier hora porque su cocina no descansa entre el desayuno y la cena, y si merece la pena como restaurante también la merece como obrador. De hecho, las masas son su especialidad. Nos encanta el protagonismo que le dan a la huerta en su carta (la primera vez que fuimos, tomamos unos pimientos de cristal con aliño de lechazo difíciles de olvidar). La propuesta no es estática pero siempre cumple. Todo lo que toca Nino Redruello invita a repetir.

Comparte Bistró (Madrid): Esto va de Mario y de Charlotte, una pareja paritana (parisina ella, gaditano él) con ganas de compartir su pasión por la gastronomía. Aunque la carta cambia con frecuencia, algunos platos como el steak tartar con cruasán y salsa bearnesa o la molleja crujiente con salsa de pimienta y crema de maíz se han convertido en intocables. Los postres, por su parte, son igualmente deliciosos y divertidos. Menos mal que para el dulce siempre hay hueco.

Tres por cuatro (Madrid): ¡Que cómo va a ser un descubrimiento a estas alturas! Pues ya veis, nunca es tarde si la dicha es buena. De su carta os lo recomendaríamos prácticamente todo: torrezno, croqueta, callos, mollejas… No puede faltar el «Paquito» (brioche de albóndiga de cordero lacada con mahonesa especiada) y tampoco el sándwich de cabeza de jabalí. Nada es especialmente light pero las raciones son discretas para poder probar de aquí y de allí. Por último, no se puede uno levantar de la mesa sin pedir la tarta de queso o la de chocolate.

Brutalista (Madrid): Una propuesta en apariencia sencilla pero con una personalidad muy bien configurada. Se nota -para bien- el paso de Pablo López por las cocinas de Nakeima, Tripea o Lera antes de arrancar este proyecto en solitario.  Los escabeches son la joya de la corona de esta taberna en la que no hay carta, solo un menú tan largo o corto como te apetezca en ese momento. La mayoría de los platos están pensados para rebañar con fruición. Qué disfrute.

Millo (A Coruña): Está a punto de estrenar nueva ubicación en un lugar más amplio junto al mar, las instalaciones de Hi (Human Intelligence Hub). Su chef, Moncho Méndez, asegura que el concepto será el mismo. Esperamos que mantenga sus dos platos estrella: la ensaladilla con tartar de bonito y la tortilla con callos de bacalao.

Bar Blanco (Cangas del Narcea): Dos visitas este año, a cual mejor. Primero hay que pasar por la barra para tomar su vermut, La Trucha Cautiva, elaborado con vino de Cangas (ojalá tengas suerte y pilles también la hora en la que sale la empanada). Ya en la mesa, con la carta delante, puedes dejarte llevar. Con los callos no se falla y suelen tenerlos todo el año. Igual de clásicos y gustosos son los canutillos de cecina con membrillo, pimientos asados y queso Rey Silo o los cachopinos de jabalí al Oporto. Si es temporada de oricios, pídelos también. Y para un final perfecto, opta por el helado de quesos asturianos.

Mesón El Centro (Puerto de Vega): También han caído un par de comidas este año, una a la carta y otra para probar su menú, y qué buena sensación en ambas ocasiones. De la cocina de Mary solamente salen platos buenos, muy buenos o espectaculares. Sabrosísima la bomba de calamar y también la ensaladilla rusa. El pescado cambia dependiendo del día, siempre es fresco y se sirve en el punto perfecto.

Mannix (Campaspero, Valladolid): No seremos los primeros ni los últimos en afirmar que su lechazo asado se encuentra entre los mejores de Castilla y más allá. Mannix es el equilibrio entre creatividad y tradición. A la hora del postre, el padre de Gemma García presenta las creaciones de su hija con enorme orgullo. Hay trampantojos como el huevo frito (crema de limón con helado de mango) y los de toda la vida, entre los que destacan el arroz con leche y la estratosférica tarta de queso payoyo.

Taberna de los Verdugo (Ávila): Nosotros pedimos para no fallar (básicamente todos los pinchos ganadores de alguno de los campeonatos de tapas de Ávila o Castilla y León): tacos de rabo de toro, canelones de carrillera avileña y sashimi de salmón con leche de tigre. A pesar de los premios, se trata de un sitio que no hace mucho ruido. Pero gusta. Y el que va, siempre lo recomienda.

Marquinetti (Tomelloso): ¿Quién hubiera dicho que en Tomelloso se come la mejor pizza de España? Nosotros no, pero lo cierto es que Jesús Marquina ha sido nombrado cinco veces Campeón del Mundo. Entre sus pizzas más destacadas tenéis la Dulcinea (crema de calabaza, mozzarella, perdiz escabechada, queso manchego, lomo embuchado, tomillo y romero) y la Rolling Stone (crema de bogavante con cigala, aguacate, salmón, mozzarella, cebolla roja, cebollino y mostaza con miel). Merece la pena que llenéis la mesa y probéis de cada plato.

Pikza (Las Palmas de GC): Echábamos de menos en la isla unas pizzas tan delicadas como estas, con una masa que cautiva desde la primera mordida. La de calabaza, panceta ahumada y pecorino romano es una combinación ganadora. Algo que también define su idiosincracia es lo bien que se puede beber: muy interesantes vinos locales y extranjeros por copa y una cata de cócteles bien apañada.

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Ceibe
Ceibe

Lera (Castroverde de Campos): Y por fin conocimos Lera. Siendo Luis uno de los chefs más representativos de la cocina cinegética en nuestro país, imagino que no tenemos que decir mucho para animarte a ir. Nosotros probamos un menú de otoño sin fisuras tras que salimos con el corazón tan lleno como el estómago. En definitiva, confirmamos nuestras sospechas: se trata de una experiencia que hay que vivir.

Ceibe (Ourense): El nombre de Ceibe (libre, en gallego), es toda una declaración de intenciones. Unos hacen lo que pueden, Lydia y Xosé hacen lo que quieren. Estos jóvenes chefs crean pequeños bocados impregnados de recuerdos, en los que se refleja un respeto casi reverencial por el producto y los productores. Un compromiso y un cariño que impregnan en cada rincón de su casa.

Además de los que no entran en la lista porque no podemos considerarlos descubrimientos de este año (como Lakasa, Tripea o La Bistroteca, que sí estuvieron en alguna de las recopilaciones anteriores) hemos tenido la suerte de acertar en otras muchas primeras veces: Casa Pei+, Moemia, Trafalgar o Coalla en Madrid, La esquina de Colás o Doña Negra en Toro, Caniecho en Cangas del Narcea, Casa Lula en Tineo… y unas pocas más.

¿Nos cuentas tus favoritos de los últimos 12 meses!

¡Feliz y muy provechoso 2024!

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