
Madrid para vinófilos anti-postureo: Ruta de tabernas molonas
En esta ruta de vinos por Madrid, encontraréis lugares donde comer bien, beber muy bien y sentiros requetebién. Porque los amantes de la copita y el picoteo informal, sin sofisticaciones ni pretensiones más allá de pasar un buen ratito, creemos que ya va siendo hora de echar por tierra el sambenito de bebida seria y compleja que a menudo acompaña al (buen) vino. De modo que, la vinófila que estas líneas escribe, ha decidido emprender una cruzada para encontrar los mejores bares y tabernas sin postureo de la capital y compartiros sus descubrimientos.
¿Os apetece? ¡Venga, esa copa pa’ arriba!
Ruta de vinos por Madrid para vinófilos anti-postureo:
Todos los locales de esta selección pueden presumir de contar con un apartado líquido divertido y asequible, vinos (re)conocidos y también de pequeños productores, y un personal de sala a la altura de sus bodegas. Porque los disfrutones menos entendidos en la materia agradecemos enormemente que nos recomienden con honestidad, proximidad y dedicación. Y que de vez en cuando nos descubran alguna joyita.
Alimentación Quiroga:
La unión del colmado tradicional y la taberna de tapeo da lugar a un dúo perfecto. En este agradable local del madrileño barrio de Las Letras, podrás degustar en la mesa y llevarte luego a casa todos los productos de alimentación que veas en su tienda.
Vinos, quesos y embutidos son las estrellas de esta casa que cuenta con una carta sencilla, sin florituras, donde el protagonista es el sabor de los productos de calidad. Como imprescindibles, para una servidora, la tabla de quesos ‘La Potente’ -ojito con el gorgonzola trufado– y la tosta de foie con miel de trufa. Y para aligerar un poco la comanda, quizás quieras probar también sus tiernas alcachofas servidas con bacalao ahumado o jamón ibérico, los espárragos blancos de Navarra con mahonesa y ajoaceite o la completa selección de ahumados (salmón, sardina, bacalao, arenque y caballa) con guarnición de mantequilla de Soria y pasta de aceituna verde. Todo tan simple y tan delicioso.
Para beber, además de ofrecer una amplia variedad de vinos por copas, brindan -qué bonito verbo- la posibilidad de adquirir las botellas en su bodega y pagar por el descorche. Cuentan con hasta 100 referencias nacionales e internacionales. Para todos los gustos y bolsillos, vaya.
c/de las Huertas, 19
Marcelino vinos y ultraporcinos:
La oferta gastronómica es sencilla y apetecible, especialmente, si además del vino te gustan hasta los andares del cerdo. Los amantes del porcino encontrarán el paraíso en sus raciones: jamón, lomo, cecina, chorizo, salchichón, sobrasada, butifarra, panceta, fuet, camaiot … productos de todo el país, desde Cataluña hasta Andalucía, pasando por Extremadura, Castilla León o las Baleares. Sus tablas, muy bien servidas (200gr), nos permitirán experimentar una escapadita nacional para saborear lo mejor de cada tierra. Sin necesidad de salir de Madrid.
También su tabla de queso del mes y sus tomates supremos con AOVE y sal maldón ayudan a despertar las sonrisas y calmar el apetito de los parroquianos presentes.
Aunque lo más probable es que, nada más entrar, tus ojos vayan directos a la espectacular cava de vinos que rodea el local y otorga ese ambiente tan especial. Disponen de una amplia variedad de etiquetas por copas y en botella, cuidadosamente seleccionadas por Plinkleton & Wine, para completar y armonizar cualquier aperitivo tranquilo o una ‘meriencena’ gozosa. Bodegas de Rioja, Valdeorras, Jumilla, Madrid, Jerez… Pide consejo a los camareros y no podrás equivocarte.
c/ de Caracas, 1 y Paseo del Pintor Rosales, 48
La Caníbal:
En cuanto a los tragos, llama la atención su amplia selección de vinos de grifo naturales procedentes de pequeñas parcelas, sin aditivos que enmascaren su verdadero carácter. De la viña a la copa. Y atención también a sus apetecibles cervezas artesanales porque cuentan con un amplio repertorio de estilos, desde las populares lager hasta las dobles IPA intensas y amargas o las cervezas negras con sabores de café y chocolate, además de otras especialidades más arriesgadas como las maduradas en barrica.
c/ de Argumosa, 28
¿Cerramos el itinerario de vinos por Madrid brindando por todos estos lugares divertidos y sin chorradas que se han ganado un huequito en nuestro corazón gastronómico? Pues chinchín.


Un comentario
Marta
¡Qué interesante la lista! Y qué suerte tenemos en Madrid que hay de todo para todos los gustos. Estoy deseando probar algunos de los lugares que están en esta lista, estoy hasta salivando jajaja Uno de mis planes favoritos es ir al teatro y luego disfrutar de unos vinitos tranquilamente. Hay uno cerca de Marcelino que es súper curioso porque puedes ver una parte desde el mismo escaparate, a mí me pareció genial 🙂