
Una ruta para exprimir Berlín en 72 horas (o más)
Berlín es una ciudad que pide ser exprimida con ganas. Es moderna, magnética, divertida. Quizá no particularmente bonita, pero sí bastante sexy. Por eso, más que una guía de museos y monumentos imprescindibles, en este artículo de Berlín en 72 horas, nos gustaría guiaros por la ciudad a través su comida callejera, sus jardines de cerveza, sus mercadillos o su efervescencia cultural, siempre sin perder de vista que la ciudad de hoy es un reflejo de su historia más reciente.
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Primer día del Berlín en 72 horas
Qué mejor lugar para comenzar nuestra ruta por Berlín que en la emblemática Puerta de Brandeburgo, desde donde parten la mayoría de los Free Tour (como este que realizamos durante nuestro viaje).
Una actividad como esta siempre es recomendable para conocer la historia de cada nueva ciudad a la que viajemos y, en el caso de Berlín, incluso os diría que se trata de algo imprescindible. Gran parte de su pasado más significativo no se aprecia a simple vista y, sin embargo, no sería posible entender lo que la ciudad es hoy sin comprender su ayer.

Si decidís hacer esta ruta gratuita por Berlín, pasaréis por los lugares más destacados de la ciudad, como son:

- Puerta de Brandeburgo: Todo un emblema de Berlín, esta construcción de 26 metros de alto coronada con una cuadriga de cobre que representa a la Diosa de la Victoria se encuentra junto a la Pariser Platz.
- Memorial del Holocausto: Dicen que quien olvida la historia está condenado a repetirla. Este monumento dedicado a las seis millones de víctimas asesinadas durante el Holocausto fue inaugurado en 2005 para recordar al pueblo alemán las atrocidades cometidas por el nazismo. Además de este impresionante monumento se puede visitar un centro de información situado bajo tierra y dedicado a mostrar fotografías, diarios, cartas, películas e información sobre las víctimas para sacarlas de su anonimato.
- Checkpoint Charlie: El que fue el más famoso de los pasos fronterizos del Muro de Berlín es ahora una atracción turística donde hasta, hace muy poco, los viajeros podían -previo pago- realizarse fotografías con unos figurantes disfrazados de soldados estadounidenses. Desde noviembre, Berlín los ha prohibido por explotar a los turistas exigiendo dinero a cambio de estas fotos. Poco a poco, el gobierno de la ciudad quiere cambiar esta atracción que se había convertido en un «Disneylandia de la Guerra Fría» creando una nueva plaza y un museo.
- Topografía del terror: Aquí se puede ver uno de los pocos fragmentos del Muro que se conserva en pie. También hay una exposición permanente sobre los delitos cometidos por las SS y la Policía del Tercer Reich y otras exposiciones itinerantes especiales. El interior del edificio no se visita en el Free Tour.
- Búnker de Hitler: Se encuentra bajo un aparcamiento rodeado de viviendas residenciales de hormigón. No se puede acceder a él y solo existe un pequeño panel informativo que nos indica su ubicación. Los berlineses -sabiamente- decidieron no instalar ninguna placa o monumento conmemorativo a la figura de este tirano que no lo merece.
- Gendarmenmarkt: Probablemente, la plaza más bonita de Berlín. Tres edificios destacados se encuentran aquí: la Catedral Alemana, la Catedral Francesa y el suntuoso edificio clasicista del Konzerthaus.
- Bebelplatz: Otra encantadora plaza empedrada que fue testigo de la Quema de Libros de 1933. Entonces, se quemaron miles de obras de autores censurados por los nazis (Karl Marx, Sigmund Freud, Thomas Mann…). En el centro de la plaza, bajo la misma, encontrarás un monumento en memoria de este evento: una biblioteca con las estanterías vacías. También en este lugar están los edificios de la Ópera de Berlín y la Catedral de Santa Eduvigis.
Después, podemos recorrer el Tiegarten, el parque más grande de la ciudad, y subir a la Columna de la Victoria.

Cuando estemos listos -y hambrientos- para tener nuestro primer acercamiento con la gastronomía alemana, nos dirigiremos hacia Gaffel House Berlín, un agradable restaurante de cocina tradicional. En el menú destacan las salchichas de Nuremberg con chucrut y puré de patatas, el goulash de ternera, las albóndigas (boulettes) con pepinillos, o el currywurst.

La tarde la dedicaremos a visitar el antiguo edificio del Reichstag, sede del Parlamento Alemán en Berlín. Para acceder al interior de su impresionante cúpula -diseñada por Norman Foster- es necesario reservar con antelación aquí. Desde ese mismo enlace también tenéis la posibilidad de concertar una visita guiada de 90 minutos por el edificio.

La entrada a la azotea y la cúpula es gratuita y está abierta todos los días. Durante la visita tendréis a vuestra disposición un servicio gratuito de audioguías en varios idiomas.
Cuando terminemos aquí, un agradable paseo junto al Spree nos conducirá hasta nuestra siguiente parada: el Tränenpalast o Palacio de las Lágrimas. La otrora terminal de salidas de Friedrichstrasse fue, entre 1962 y 1990, un punto de paso de la frontera entre las Alemanias del este y del oeste. Películas, documentos, testimonios y objetos de la época nos trasladarán a las dolorosas despedidas que se vivieron en esta antigua estación berlinesa.

Para cenar, os recomendamos los sabrosos y contundentes platos de comida bávara de Maximilians. Por ejemplo, el escalope empanado con puré de patatas (Wiener Schnitzel) o el pastel de carne a la parrilla con ensalada de patatas y huevos fritos.

Segundo día del Berlín en 72 horas
Pasaremos la mañana en Scheunenviertel, el principal barrio judío de Berlín. Aunque este barrio no existe como tal, estamos en una zona -dentro de lo que hoy se conoce como el distrito de Mitte- muy interesante. Repleta de bares, cafés, patios, galerías de arte y memoriales de un tiempo pasado difícil y agridulce para la comunidad judía.
Comenzaremos la ruta en Alexanderplatz, la plaza que alberga el conocido Reloj Mundial y la Torre de la Televisión, el edificio más alto de Alemania. A esta última podéis subir para contemplar una de las panorámicas más completas de la ciudad.
Nos dirigiremos luego a la Plaza de Rosenstrasse, donde se encuentra la escultura Block der Frauen que representa uno de los grandes momentos históricos que tuvo lugar aquí: las manifestaciones pacíficas de 1943 llevadas a cabo por las esposas alemanas de hombres judíos encarcelados en esa calle a la espera de deportación. Una protesta que, felizmente, terminó con la liberación de sus maridos.
Pasaremos luego por la plaza de Hackescher Markt y los coloridos patios interconectados de Hackesche Hofe. Un rincón de lo más pintoresco y ambiente alternativo donde encontraremos bares, galerías y tiendas de todo tipo. El recorrido continuaría con la visita a los museos de Otto Weidt -fabricante que protegió a muchos de sus trabajadores judíos de ser perseguidos o deportados- y el Centro de Anna Frank. Este se encuentra en el famoso callejón de Dead Chicken Alley en la calle Rosenthaler, una visita imprescindible para los amantes del arte callejero.

Para comer, os recomendamos el restaurante Brauhaus Lemke am Hackeschen Markt. No dejéis de probar aquí especialidades alemanas como los pretzels, las salchichas o el flammkuchen (si no sabes de lo que estamos hablando, corre a leer este artículo sobre la gastronomía de Berlín).
También disponen de una sorprendente variedad de cervezas y, si te cuesta elegir, puedes realizar una cata con diez de ellas.

Una vez saciado el apetito, continuaremos nuestra ruta de Berlín en 72 horas. Muy cerca de donde nos encontramos ahora tenemos el Antiguo Cementerio Judío, donde descansa el filósofo alemán Moses Mendelssohn, considerado como el pionero de la Haskalá o la Ilustración judía.
Más tarde, nos acercaremos hasta la Nueva Sinagoga que se levanta en la calle Oranienburger. En el momento de su inauguración en 1886 fue la sinagoga más grande del país y pronto se convirtió en un importante símbolo para los judíos alemanes. El edificio fue atacado e incendiado durante la Noche de los Cristales Rotos de 1938 y más tarde, bombardeado por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. Tras varios años de restauraciones abrió al público nuevamente en 1995. Hoy, este magnífico edificio alberga el Centro Judío y un museo que pretende reflejar la historia de la comunidad hebrea en Berlín.

Terminamos aquí la ruta por el barrio judío y nos dirigiremos a la Catedral de Berlín (si tenéis tiempo y ganas podéis parar de camino en la iglesia de Santa María). Daremos un paseo bordeando el río Spree para contemplar el impresionante exterior de la Catedral. Por el camino, nos cruzaremos con una curiosa estatua de bronce de Wilfres Fitzenreiter: Three girls and a boy.
Visitaremos el interior de la Catedral y nos maravillaremos con las increíbles vistas desde su cúpula. Además, bajo el edificio se encuentra la Cripta de los Hohenzollern, donde están enterrados más de 90 miembros de la familia imperial fallecidos desde finales del siglo XVI hasta principios del siglo XX.
Nuestra siguiente parada será la isla de los Museos. Dependiendo del ritmo que llevemos, quizás no nos quede tiempo para acceder a ninguno de ellos. A pesar de todo, es muy bonito callejear por la zona. En esta isla, entre la avenida Unter den Linden y el Puente Monbijou encontraremos el Museo Antiguo, el Museo Nuevo, el Museo de Pérgamo, el Museo Bode y la Antigua Galería Nacional. En el caso de querer visitar alguno en este u otro momento, nosotros nos decantaríamos por el Museo de Pérgamo. En él se encuentran el Altar de Pérgamo, la Puerta del Mercado de Mileto o la Puerta de Astarté, entre otras magníficas construcciones.
Un consejo, si compráis las entradas con antelación lograréis evitar las largas colas que se forman.
Este mismo recorrido podría hacerse a la inversa. Visitaríamos a primera hora el Museo de Pérgamo y la Catedral y dejaríamos la ruta por el barrio judío para después de comer. Con el objetivo de aprovechar el tiempo al máximo, os recomendamos que elijáis un tour a la hora de explorar esta zona.
Como último capricho gastronómico del día, iremos a por el kebap con más fama de Berlín, el de Mustafa. Como es probable que tengamos que hacer cola durante media hora -con suerte- o incluso durante hora y media, compraremos unas cervezas y un currywurst en el cercano Curry 36. Así la espera será más amena.
Tercer día del Berlín en 72 horas
Realizar uno de los tours de Unterwelten Museum es otra de las «cosas que hay que hacer en Berlín sí o sí». En esta actividad, un guía os acompañará por alguno de los túneles y búnkeres que se utilizaron durante la II Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Las visitas en español que tienen disponibles actualmente son:
- Tour 1: Mundos en tinieblas. El lado desconocido de la guerra desde la perspectiva civil.
- Tour 2: De Torre de Protección a «Montaña de escombros». Explorando un fascinante paisaje subterráneo en ruinas. (Mayores de 18 años)
- Tour 3: Búnker, Metro y Guerra Fría. Protección civil en emergencia nuclear
- Tour M: Escapes bajo el Muro de Berlin. Fugas subterráneas hacia la libertad.
Hay que tener en cuenta que no es posible reservar las entradas con antelación y, puesto que estas son muy limitadas, es recomendable llegar a la taquilla antes de su apertura (puedes consultar precios y horarios en su página web).
Durante el recorrido no está permitido realizar fotografías ni vídeos.
Tras esta interesante experiencia, nos dirigiremos hacia Mauerpark. Para poder disfrutar de su completo mercadillo de oportunidades y su famoso karaoke, intentaremos que la visita caiga en domingo.

El último día de la semana hasta 40.000 personas pueden reunirse aquí. Berlineses y visitantes, jóvenes y mayores… todo el mundo es bienvenido para divertirse, conocer gente y celebrar la diversidad.
Además de curiosear entre los puestos en busca de souvenirs originales o alguna ganga de segunda mano, os aconsejamos comer en uno de los numerosos food trucks que se instalan.

Muy cerca de Mauerpark hay otro mercadillo, Trödelmarkt Arkonaplatz, mucho menos concurrido y turístico. Si no os entretenéis demasiado, a lo mejor queréis pasaros a echar un vistazo.
Por la tarde, iremos a la mayor galería de arte al aire libre del mundo, la East Side Gallery. Aquí, cientos de graffitis documentan el ambiente de alegría y unidad tras la caída del Muro de Berlín en el mayor tramo que se conserva de este.

Para seguir disfrutando del ambiente desenfadado y divertido de la ciudad -y de su gran oferta cervecera-, visitaremos el parque Holzmarkt25. Un contenedor de cultura, arte y gastronomía donde encontraremos desde una peluquería hasta un estudio de tatuajes o una de las famosas «Teledisko» -pequeñas cabinas reconvertidas en las discotecas más pequeñas del mundo-.
Aunque lo que seguramente te conquistará de este lugar es su ambiente ecléctico: gente joven, familias con niños, turistas… A cualquier hora y con la única pretensión de pasarlo bien.

Y para terminar esta escapada con el mejor sabor de boca, dirígete a Burgermeister a degustar la hamburguesa más deliciosa de Berlín.
Pensarás que exageramos, pero solo hasta que la pruebes.

¿Qué hacer en Berlín con más tiempo?
Aquí tienes un listado de actividades y lugares a visitar si tienes la oportunidad de pasar más de 3 días en la ciudad (o por si decides regresar)
- Visita alguno de los más de 100 museos de la ciudad como el Museo Judío, el Museo de la DDR o el Museo Berggruen que alberga obras de Picasso y Matisse.
- Haz un crucero por el río Spree.
- Entra en la Iglesia memorial del káiser Guillermo.
- Baila en Der Visionaere.
- Si eres amante de la fotografía, no te pierdas la Helmut Newton Foundation.
- Piérdete por el antiguo barrio de Nikolai.
- Curiosea por el Centro Comercial Ku’damm KaDeWe, los grandes almacenes más conocidos de Alemania. Sobre todo céntrate en su sexta planta donde se encuentra su casi legendaria sección delicatessen.
- Pasea por Treptower Park.
- Si te gusta el chocolate, tu paraíso está en Rausch Schokoladenhaus.
- A 15km de Berlín encontrarás la Prisión de Kunstanstalt.
- Realiza una excursión guiada al Campo de Concentración de Sachsenhausen (en el blog de I am a Passenger, Carla ha escrito sobre la visita que nosotras hicimos).
Mapa de Berlín en 72 horas (o más):
Y con pena en el alma pero muchas alegrías en el cuerpo, toca despedirse. Al menos de momento.
Bis Bald, Berlin! Hasta muy pronto.


Un comentario
José Carmelo
Guía rápida y precisa muy documentada de buen diseño y ágil lectura. Muy apropiada para consultar durante la estancia. Me encantó.