
Decálogo para un día perfecto en Brujas
Es Brujas una ciudad tan encantadora y romántica que casi parece de mentirijilla. Después de recorrer sus canales y esas callecitas de cuento que huelen a chocolate, achisparte en sus bares con un par de cervezas de alta graduación y contemplar un atardecer de postal ya con la ciudad casi vacía de turistas, habrás sucumbido a su magia. Bien, pues para el próximo truco voy a necesitar que te dejes llevar a paso tranquilo y con la cámara de fotos bien cargada por este pequeño recorrido en el que te mostraré las 10 cosas que tienes que hacer en Brujas para que el encantamiento haga efecto y pases un día inolvidable.
10 cosas que hacer en Brujas
Emplear una buena parte de la tarjeta de memoria de tu cámara de fotos para inmortalizar Grote Markt o la Plaza Mayor de Brujas:
La capital de Flandes Occidental tiene una de las plazas más hermosas posibles presidida por el Belfort, un impresionante campanario declarado Patrimonio de la Humanidad. Los que se animen a subir los 366 escalones del torreón podrán contemplar la mejor panorámica de la ciudad. Su mirador tiene vistas a las coloridas fachadas con tejados a dos aguas que conceden una sublimidad especial a este lugar.
En la plaza también se encuentra el Historium, un interesante museo interactivo para conocer los orígenes y el desarrollo histórico de esta ciudad belga. Tanto si decides visitar el museo como si prefieres no hacerlo, no dejes de tomarte unas cervezas en la terraza panorámica del Duvelorium Grand Beer Café, en el interior del museo. Su acceso es gratuito y, entre otros atractivos, ofrece la posibilidad de realizar una cata de tres cervezas belgas a tu elección acompañadas de tres deliciosos chocolates. ¡Las dos grandes maravillas de la gastronomía nacional!
Pasear hasta la Plaza Burg:
Conectada a la Plaza Mayor por la calle Breidelstraat, aquí podrás encontrar alguno de los edificios y monumentos más interesantes de la ciudad como el Ayuntamiento, el Palacio de Justicia o la Basílica de la Santa Sangre (que alberga una insigne reliquia de la Sangre de Cristo).
Encontrar la tranquilidad en Begijnhof (Beguinario):
Muy cerca del parque Minnewater -también conocido como el «lago del amor»-, se ubica este beatario del s.XIII que fue construido para albergar a la beguinas (viudas y huérfanas de los cruzados). Merece la pena dar un tranquilo paseo por el parque y hacer una parada en este lugar para observar sus fachadas encaladas enmarcadas por un precioso jardín de álamos. Es el escenario perfecto para escapar por un momento de la Brujas más inquieta y bulliciosa. Además, una de las casas acoge un pequeño museo donde podrás profundizar un poco más en la historia de este lugar y sus interesantes habitantes.
Ver la puesta del sol desde el Muelle del Rosario:
Este lugar transmite romanticismo como ninguno. El que posiblemente sea el rincón más fotografiado de Brujas al ponerse el sol, conforma el escenario ideal para un encuentro entre dos amantes deseosos de vaciarse de besos con el otro. Pero no es necesario estar enamorado para deleitarse con la bellísima estampa.
Si lo deseas, también puedes recorrer en barca los distintos canales de la ciudad.
Visitar la Catedral de San Salvador:
Como Catedral y parroquia más antigua de Brujas se trata de una visita imprescindible y además, gratuita. De su sobria fachada destaca una imponente torre gótica de 99 metros de altura, mientras que su interior resulta mucho más interesante. Merece la pena resaltar su rica colección de arte flamenco, los tapices tejidos por Van der Borcht, las tumbas medievales y la galería con un enorme órgano del s.XVIII.
Atravesar el Puente de San Bonifacio:
A estas alturas ya te habrás percatado de que en Brujas todo resulta cautivador. Pues aún no lo has visto todo. El entorno en el que se encuentra este puente (que data del s.XX a pesar de su antiguo aspecto) no podría resultar más mágico. Desde aquí podrás apreciar una bonita postal con vistas a la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de Brujas. Cruzando el puente encontrarás el parque Arentshof y las esculturas de bronce de Rik Poot que representan a los cuatro jinetes del Apocalipsis.
Si tenéis intención de pasar más de un día en la ciudad, quizás queráis visitar alguno de los interesantes museos que se encuentran alrededor de este parque como el Museo Groeninge o el Museo Gruuthuse.
Probar la típica gastronomía belga:
Brujas es una ciudad de bolsillo que se ha de descubrir obligatoriamente pateando. Y una buena caminata abre el apetito a cualquiera. Para probar alguna de las especialidades del país como las croquetas de gambas o una carbonade o carbonada flamenca (estofado de ternera) para rebañar hasta con los dedos, te recomiendo pasarte por el Café de Gilde. Platos sabrosos, precios comedidos y buenas cervezas locales para un maridaje fantástico.
¡Todo bien regado con cerveza!
Con la tradición cervecera milenaria que tiene este país y los numerosos locales repartidos por Brujas en los que poder refrescar el gaznate podríamos escribir ya no una breve guía, sino toda una enciclopedia sobre este tema. No obstante, como el tiempo es limitado y las cerveza belga bastante potente, puedes condensar tu entusiasmo birrero en los siguientes lugares:
- Brasserie de Halve Maan: Fábrica, cervecería y museo en el centro histórico que realiza visitas guiadas con degustación de la cerveza de la casa, la Brugse Zot Blond. Además, esta familia elabora otra cerveza muy conocida, Straffe Hendrik, la última auténtica cerveza triple brujense.
- De Garre: En un antiguo edificio escondido en un pequeño callejón se encuentra este encantador pub que cuenta con una extensa carta que incluye más de 130 variedades. Antes de perderte en ella, empieza con la creación de la casa, Triple Van De Garre. Disfruta su abundante espuma, su riquísimo sabor y prepárate para el pelotazo (¿te había dicho ya que tiene un 11% de alcohol?).
- Le trappiste: Ubicado en una bodega del siglo XIII con arcos de ladrillo abovedado a la vista, en Le Trappiste encontrarás más 100 cervezas nacionales e internaciones y muy buen ambiente.
Y gofres para el postre:
Golosos y golosas, tenéis que hacer una parada obligatoria en Chez Albert y probar sus maravillosos gofres para llevar. ¡Hechos al momento! Sobre esta crujiente, esponjosa y dulce masa podéis añadir todos los ingredientes (y calorías) que queráis, aunque mi recomendación es que los probéis únicamente cubiertos de chocolate belga negro o con leche. Nice & Simple.
Comer y comprar mucho del mejor chocolate del mundo:
Es, si ninguna duda, el mejor souvenir que puedes llevarte de este viaje. Un buen lugar para reunir provisiones es Pur Chocolat, una tienda pequeñita pero muy bien surtida de la que es imposible que salgas con las manos vacías. Sus trufas, que te permiten probar gratuitamente, son de otro planeta. Y las tabletas de chocolate de mil sabores, los bombones y gofres tampoco desmerecen lo más mínimo. Con todo ello tus papilas gustativas empezarán a dar palmitas.
Como siempre, lo tienes todo en este mapa para que no te pierdas nada.
Y tú, ¿ya conoces la ciudad? ¿Nos recomiendas más planes majos para hacer en Brujas?

