
Nos comemos Berlín: Lo mejor de su Finger Street Food
Currywurst, pretzels, hamburguesas, kebabs… Berlín es un destino ideal para gastrónomos de presupuesto ajustado y amantes de la comida callejera. Aquí se come con las manos y al aire libre, siempre que el tiempo lo permita. En este artículo te mostraremos lo mejor de su finger street food, desde las especialidades más típicas de Alemania hasta sus platos más internacionales. Porque, gracias a la mezcla de culturas y la influencia internacional de sus habitantes, la gastronomía de la ciudad más cosmopolita de Alemania sabe a historia y a cultura. ¿Quieres comprobarlo? ¡Vamos a comer (barato) en Berlín!
Comer barato en Berlín: Lo mejor de su gastronomía callejera
Ya lo dice el refrán, «somos lo que comemos», de modo que la gastronomía de cada lugar suele ser un claro reflejo de sí mismo y de su gente. Por eso, en esta ciudad probaremos platos descarados, cosmopolitas y modernos como los propios berlineses.
No te preocupes por el bolsillo, comer barato en Berlín es muy fácil y además, muy divertido. Sobre todo si no te importa hacerlo de pie y mancharte un poco las manos…
A nosotros nos encanta esta forma de comer porque es rápida, económica, nos permite probar nuevos sabores y conocer a las personas encargadas de preparar nuestra comida (o incluso entablar conversación con las que hacen cola).
Así que si tú también crees que comer es mucho más que alimentarse, si concibes ese momento como un acto social, emocional y de disfrute; Berlín es tu ciudad.
Recorrido gastronómico por lo mejor de la Street Food alemana:
Currywurst:
En la aparente simplicidad de este bocado reside su encanto. El auténtico plato protagonista de la escena gastronómica berlinesa consiste en salchichas cocidas o asadas a la parrilla, normalmente cortadas en trocitos, servidas con kétchup y curry en polvo. Suele acompañarse de patatas fritas y panecillos típicos alemanes.
Se trata de una receta que surgió en tiempos de posguerra en un puesto callejero del barrio berlinés de Charlottenburg. Así, la primera y auténtica salsa de curry que dio lugar a todo un icono de la alimentación alemana es obra de Herta Heuwer, que nunca desveló los ingredientes de su fórmula secreta, patentada en 1959 con el nombre de Chillup.
A pesar de la sencillez de su elaboración e ingredientes, el sabor del currywurst puede variar considerablemente en función del lugar en el que lo pruebes. Así que, cuantos más pidas, mejor. Tendrás la oportunidad de hacerlo en casi todos los restaurantes, cadenas y puestos callejeros.
Podríamos decir que el gran favorito de berlineses y turistas es el legendario restaurante de comida rápida Curry 36. Sin embargo, si yo tuviera que decantarme solo por uno, sería el currywurst de Best Worsch.
Pretzles (brezels):
El nombre de esta delicia salada y esponjosa proviene del alemán «brezel», que a su vez deriva de la palabra latina «bracellus» = «brazo pequeño», porque su forma recuerda a dos brazos entrelazados. Comerlos calentitos y maridados con una buena cerveza alemana podría considerarse un pecado por el que no nos importaría cumplir penitencia.
También puedes encontrarlos recubiertos de queso, hierbas aromáticas, semillas o incluso chocolate en su versión más golosa. Los verás fácilmente en cualquier supermercado, panadería, biergarten y en los mercados de comida callejera.
Uno de los más célebres es Brezel Bar, donde además podrás desayunar unos típicos Brötchen (panecillos tradicionales de Alemania) en su versión más divertida (Brezel–Brötchen o pan de pretzel) y con diferentes rellenos. En la carta, encontrarás estos sándwiches o bocadillitos con el nombre de belegte brötchen.
Y si quieres probar algo verdaderamente rompedor, acércate a Zeit für Brot a por su cruasán de pretzel.
Que sí, que sí. Pretzel y Cruasán, todo en uno. Un invento que deja al «cronut» a la altura del betún.
Hamburguesas:
Porque no solo de salchichas vive el berlinés y porque, quizás, esta sea la comida rápida preferida de muchos, no puedes abandonar la ciudad sin haber probado la BBB (Best Burger in Berlin) por excelencia en Burgermeister.
Este lugar, que ocupa un rincón muy especial en el corazón -y probablemente en las arterias- de los berlineses, sirve su jugosísima carne (100% ternera recién picada, sal y pimienta) en un pan de brioche tostado con semillas de sésamo, horneado diariamente ¡con extra de mantequilla!
Si hablamos de las patatas fritas, estas son crujientes y tienen un sabor intenso, delicioso. Las puedes pedir con queso, bacon y cebolla o, su especialidad (Chili Fries) que lleva salsa de queso cheddar, chili con carne y jalapeños -opcionalmente, para completar la bomba, tienes la posibilidad de añadirles bacon y cebolla caramelizada-.
Por si fuera poco, la localización de esta hamburguesería no podría ser más curiosa. Se encuentra bajo las vías del metro, en el barrio de Kreuzberg, ocupando el lugar de un antiguo baño público. Instagrameable al 100%.
Es verdad que aparece en todas las guías de viaje y por lo tanto, hay cola a cualquier hora. Ten paciencia, merecerá la pena. Además, recuerda que en Berlín se puede beber en la calle, por lo que es normal que veas a mucha gente esperando con una cerveza en la mano. Y allá donde fueres…
Kebab o Dönner berlinés:
La inmigración masiva de población turca a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial trajo este sabroso bocado en la década de los 70. Desde entonces, el negocio no ha parado de crecer y, viendo la cantidad de establecimientos que lo venden (más de 1.000 solo en la capital), podemos afirmar que los locales sienten auténtica adoración por este plato. Como ves, comer barato en Berlín es facilísimo.
El kebab es tan universal que casi sobra describirlo. Se trata de un pan de pita relleno de carne a la plancha, verduras y salsas. Como os digo, en Berlín es posible encontrar un puesto casi en cada esquina, pero si no quieres arriesgar, ve directamente a Mustafa’s. Su kebab es probablemente el más popular ya no de Berlín o de Alemania, sino de todo el planeta Tierra. Por eso, lo habitual es tener que esperar entre una y dos horas de cola. No hay problema, ya sabéis el truco: cerveza y currywurst en mano (muy cerca de este puesto se encuentra Curry 36) para que el tiempo pase volando.
La carne que ellos utilizan es de pollo (aunque también hay opción vegetariana) y se sirve con verduras a la parrilla. Por encima desmoronan un poco de queso de cabra y echan un chorrito de limón. Aunque lo mejor es el pan, crujiente y esponjoso como pocos.
¿Y es realmente tan bueno como dicen? Pues como todo, eso va en gustos. Es verdad que no puedo aseguraros que se trate del mejor kebab de Berlín pero, para mí, es el mejor (y con diferencia) de todos los que he probado en España. Vamos, que ya no quiero ningún otro.
Sin embargo, si no quieres perder tanto tiempo haciendo cola entre hordas de turistas hambrientos, otros lugares que los locales recomiendan para comer son Imren y Rüyam Gemüse Kebab.
Flammkuchen, la pizza alemana:
El flammkuchen alemán se asemeja bastante a la pizza. Los ingredientes se colocan sobre una base crujiente y muy fina que después se hornea. La versión más extendida lleva crème fraîche, cebolla y bacon.
En Gaffel Haus Berlin podrás probar la flammkuchen de estilo tradicional y otras cinco versiones con ingredientes de todo tipo. Como por ejemplo, la de jamón, tomates, rúcula, cebolla y queso parmesano; o la vegetariana de cebolla, calabacín, pimiento, tomates y puerro.
En Brauhaus Lemke también sirven la versión canónica además de otras dos con salmón marinado y pechuga de pavo a la parrilla. Está última es deliciosa.
Muy apreciadas son asimismo las de Formidable, donde además sirven unos generosos bocadillos con los que seguir manchándonos las manos -para poder chuparnos los dedos después-. Y si buscas algo un poco más gourmet, en Rosa Lisbert encontrarás elaborados platos de cocina local Alsaciana, buenos vinos y, según dicen, una de las mejores flammkuchen de Berlín.
¡Hora del postre!
Aunque podríamos extendernos hasta el infinito, en este artículo nos vamos a quedar con estas tres dulces experiencias que no deberías perderte en tu viaje a Berlín:
- Porque, lo llames como lo llames, te mereces un donut, una berlinesa, una berlina, una bola de Berlín… un Berliner Pfannkuchen: Esta bomba calórica, usualmente frita y rellena de mermelada, es un capricho que puedes permitirte tras haber pateado bien la ciudad. Encontrarás estos donuts en cualquier bäckerei (pastelería). Si te van los clásicos, te recomendamos que pruebes los de Bäckerei Siebert, una de las panaderías que luchan por el título de «la más antigua de Berlín». Pero Berlín no sería Berlín si no pudiera ofrecer una alternativa vegana, fotogénica y millenial. Esta versión, la encontrarás en Brammibal’s, donde además sirven un café delicioso.
- Al rico apfelstrudel: Pocos placeres culpables están a la altura de este pastel de manzana calentito que, de servirse con helado de vainilla, resultará orgásmico. Es la especialidad del Café Einstein, donde te animamos a probarlo. Eso sí, no llegues muy tarde porque en seguida vuela de la vitrina.
- Crea tu propio chocolate en la tienda de Ritter Sport: Este lugar es el paraíso de los dulceros. Sus chocolatinas están disponibles en una infinidad de versiones pero, además, tienes la opción de crear tu propia tableta con los sabores que prefieras. Solo tienes que elegir la base (chocolate negro, chocolate con leche o chocolate blanco) y añadir los toppings que más te gusten, desde avellanas caramelizadas hasta smarties, pasando por ositos de gominola, nubes de azúcar o frutas liofilizadas. Y si después de esta visita te quedas con ganas de más chocolate, pásate por Raush Schokoladehaus, otro verdadero templo para incondicionales de este oro comestible.
A continuación os el mapa con estas y otras recomendaciones para comer barato en Berlín:

