Villanueva de Córdoba
ANDALUCÍA,  ESPAÑA

Villanueva de Córdoba: Jamón y Tradiciones

Cada mañana, el tiempo parece detenerse unos instantes junto al AVE para contemplar el verde de los encinares de Villanueva. Desde la estación de tren hasta llegar a distinguir la torre de San Miguel en la Plaza de España hay un paisaje de una riqueza vegetal inigualable. Y es que la localidad de Villanueva de Córdoba, a 70 kilómetros de la ciudad de los patios, se encuentra en medio del mayor bosque adehesado de toda Europa.

Lo mejor para empaparse de las anécdotas y leyendas que Villanueva atesora, es pasear por sus calles labradas en granito. En torno a la plaza de España se encuentran los edificios civiles y religiosos más emblemáticos: la Iglesia parroquial de San Miguel, el convento de Cristo Rey, la antigua Audiencia, el Ayuntamiento, el Museo de Historia Local, el Centro de Interpretación de la Dehesa…

Pero la edificación más singular del municipio cordobés es, sin duda, su refugio antiaéreo, construido durante la Guerra Civil para proteger a la población de los bombardeos de la aviación. Para visitarlo solo es necesario pedir la llave en el Centro de Interpretación. A través de una entrada, denominada durante años por los lugareños como la boca del metro, nos adentraremos en las entrañas de la Plaza de España. Tras descender por una escalinata de granito habremos de atravesar un estrecho pasadizo que nos conducirá a su vez a una gran sala abobedada con arcos de ladrillo. Estamos en un refugio con aspecto de bodega que, por suerte, se usó poco: el pueblo sufrió entre seis y siete bombardeos durante toda la guerra y no demasiado destructivos, a pesar de que Villanueva fue desde diciembre de 1936 la capital de la zona republicana de Córdoba y uno de los últimos pueblos de la provincia que permaneció en poder de la República hasta el 27 de marzo de 1938.

Pareciera increíble encontrar un patrimonio cultural y etnográfico tan extenso en un lugar tan modesto. En la actualidad hay censados más de 9.000 “jarotes” -gentilicio con el que se conoce a sus ciudadanos por su proximidad a la dehesa de Villanueva de la Jara-, 21 habitantes por kilómetro cuadrado. Y, aunque “aquí todo el mundo se conoce” y lo habitual es que sus calles sean tranquilas y reine la calma, en época de fiestas todo cambia.

La Feria del Jamón y otras delicias gastronómicas

Por ejemplo, a mediados de octubre no resulta extraño ver a miles de turistas y lugareños de los pueblos vecinos agolparse en las calles de Villanueva. Vienen, como cada año, a la Feria del JamónEl Jamón Ibérico de Bellota es la estrella gastronómica de toda la comarca de los Pedroches y, durante la feria, tienen lugar los concursos de cortadores de jamón y del mejor Jamón Ibérico de Bellota de Los Pedroches. Es esta una cita gastronómica ineludible en la región que llena hasta la bandera el pabellón polideportivo municipal. Alrededor de 20.000 personas se congregan cada año para degustar cerca de 350 jamones diferentes. El punto de venta de productos ibéricos se sitúa en las mismas carpas de degustación, en las instalaciones anexas a la zona de exposición. Aquí, el gentío come y bebe animado por la música de una fanfarria cuyo nombre no podría ser más apropiado para la ocasión: “Charanga Pata negra”.

Pero no solo de jamón vive el jarote, aunque su fama es sin duda merecida. La gastronomía es, innegablemente, otro de los mayores encantos de Villanueva. La cocina es de tradición mediterránea y el aceite de oliva el protagonista principal en la mayoría de sus platos, entre los que destacan las migas “tostás”, el “ajo migao” y la singular chanfaina, típica el día de la matanza. También deberemos probar el salmorejo jarote -elaborado con pollo o con perdiz-, un manjar casi desconocido fuera del municipio y que poco tiene que ver con el típico salmorejo cordobés.

Y siguiendo con las tradiciones, tengo que recomendaros la Romería de la Virgen de Luna, patrona compartida entre dos pueblos: Pozoblanco y Villanueva de Córdoba. La fiesta, declarada de Interés Turístico de Andalucía en 2014, consta de dos romerías: la primera se celebra el lunes de Pentecostés y en ella el pueblo de Villanueva de Córdoba trae a la Virgen de Luna desde el Santuario de la Jara hasta Villanueva. La imagen permanecerá aquí hasta el segundo domingo de octubre. En esa fecha se celebra la segunda romería, en la que llevan a la Virgen de vuelta hasta el Santuario. A mediados de febrero será conducida de vuelta a Pozoblanco (la talla mariana pasa cuatro meses en cada pueblo y otros cuatro en el Santuario).

Cada año, la banda de música la recibe en el Santuario y, tras la misa, se deshace la procesión y comienza la fiesta. Se reparten garbanzos tostados y vino ofrecido en las “temblaeras” (tazas de plata que, debido a su gran tamaño, hacen temblar el pulso al beber de ellas) y se forma un barullo de gente de todas las edades con ganas de verbena. El lunes, el pueblo volverá a la tranquilidad y el tiempo se detendrá de nuevo entre encinas centenarias en la dehesa cordobesa.

Villanueva de Córdoba

 

Cómo llegar:

En tren: Estación AVE Villanueva de Córdoba – Los Pedroches.

Por carretera: Autovía N-IV hasta Montoro, salir de la Autovía y dirección Cardeña por la N-420, después desde Cardeña hasta Villanueva por la A-423 (aproximadamente 3 horas y 40 minutos desde Madrid).

 

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