Imprescindibles de Bilbao
PAÍS VASCO

Fin de semana en Bilbao: 9 visitas imprescindibles

Bilbao es una ciudad moderna, cosmopolita, fotogénica y sorprendente. El «botxo» -apelativo cariñoso con el que los bilbaínos llaman a su agujero– ha ido creciendo de manera abrumadora a lo largo de su historia hasta convertirse en la ciudad vanguardista y turísticamente atractiva que es ahora. Nosotros nos hemos dejado seducir por sus encantos un fin de semana de finales de agosto y seguro que volvemos a por más. Estos son nuestros imprescindibles de Bilbao.

Los imprescindibles de Bilbao

 

Museo Guggenheim

Empezamos, como no, con el emblema de Bilbao y una visita obligada si estás en la ciudad. El espectacular diseño es obra del arquitecto estadounidense Frank Gehry, artífice de otras obras igual de espectaculares como La Casa Danzante de Praga, la bodega Marqués del Riscal en Álava, o el Walt Disney Concert Hall de Los Ángeles.

Gehry llegó a decir que «las ciudades tienen que tener iconos. Bibliotecas, hospitales, museos. Dentro de 100 años, la gente los verá y dirá: «¿Qué es eso?»; y pensará: es arte».  Pues el Museo Guggenheim es arte. Arte el continente y arte el contenido.

Las obras más icónicas de la colección Guggenheim Bilbao se encuentran en el exterior y pueden ser disfrutadas por todos de manera gratuita: El gran árbol y el ojo, Arcos Rojos, Escultura de niebla, Tulipanes… y por supuesto, las mascotas más famosas de Bilbao: Mamá (Louis Bourgois) y Puppy (Jeff Koons). De todos modos, nosotros os recomendamos que entréis y disfrutéis de la colección completa y las exposiciones temporales.

Otros museos que también merecen una visita son: Museo de Bellas Artes, Museo Vasco, Museo Arqueológico, Museo Marítimo Ría de Bilbao, La Casa del Euskera y el Museo Diocesano de Arte Sacro.

Azkuna Zentroa - Con Algas en la Maleta

La Alhóndiga

El Azkuna Zentroa, anteriormente conocido como Alhóndiga Bilbao, es un centro de ocio y cultura edificado entre 1905 y 1909 por Eduardo Bastida y reinventado por Philippe Starck. Merece la pena adentrarse en el Atrio de las Culturas de este edificio y contemplar los 43 colosales pilares o columnas de diferentes materiales y curiosos estilos, encargo de Starck a Lorenzo Baraldi. Este último, explicó que simbolizaban la infinidad de culturas, arquitecturas, guerras y religiones que han atravesado al hombre a lo largo de la historia. En esta misma sala, hay otro elemento que llama poderosamente la atención. Al mirar al techo, podrás contemplar el suelo de cristal de la piscina que hay en la terraza y ver las sombras de las personas nadando sobre ti.

Además, este centro cultural cuenta con 8 salas de cine, auditorio, biblioteca, sala de exposiciones, gimnasio, tienda y restaurantes.

San Mamés - Con Algas en la Maleta

Estadio de San Mamés

El moderno San Mamés -inaugurado en 2013-, la nueva «catedral del fútbol», es otra de las visitas imprescindibles incluso para los no aficionados a este deporte. Es una de las construcciones más emblemáticas de Bilbao y fue premiado en 2015 como el mejor edificio deportivo del mundo de nueva construcción. Podéis visitar el museo del club y realizar un tour por el campo, pero también tenéis la opción de disfrutar de unas vistas maravillosas del estadio -por el precio de una caña- desde el bar del San Mamés, La Campa de los Ingleses.

Parque de Doña Casilda

Se trata del principal pulmón verde de la ciudad con más de 85.000 metros cuadrados y casi 100 siglos de antigüedad. En sus estanques se pueden contemplar cisnes, patos y pavos reales, fuentes y esculturas de Eduardo Chillida, Julio Beobide o Richard Serra, entre otros. El Museo de Bellas Artes de Bilbao se encuentra dentro de este parque.

Otros espacios verdes de Bilbao que merece la pena visitar son el Parque Etxebarría, el Parque Larreagaburu, el Parque Miribilla, el Parque República de Abando, el Parque Europa y los Jardines de Guernika.

Plaza Moyúa

Ensanche y Gran Vía

El puente del Arenal une, desde finales de s. XIX, el Casco Viejo con un típico ensanche de la época. Hoy en día, el ensanche es el centro comercial y financiero de la ciudad. Podéis empezar la ruta por la Plaza Circular (estación de metro Abando), donde se encuentra la estatua de Diego López de Haro, fundador de la noble Villa de Bilbao en 1300. En esta plaza nace la Gran Vía, arteria principal del ensanche, semipeatonal, de 1,5 km de longitud. Habrá que recorrerla hasta la Plaza de Moyúa, realizando dos paradas en el camino. Una a la derecha para ver los jardines de Albia y otra un poco más adelante, a la izquierda, para mojar el gaznate y disfrutar de la gastronomía bilbaína en miniatura.

En la calle Diputación hay dos bares que no te puedes perder: El Globo y La Viña del Ensanche. En ambos sitios sirven unos pintxos riquísimos (pedid el de foie y el de txangurro en el primero; la carrillera y la minisartén de huevo, foie, hongos y puré de patata en el segundo). Con el estómago lleno, continuad el paseo hasta la Plaza del Sagrado Corazón de Jesús. Por el camino pasaremos paralelos al Parque de Doña Casilda, otro de nuestros imprescindibles de Bilbao.

Plaza de Unamuno

El Casco Viejo y sus edificios históricos

El núcleo del Casco Viejo lo constituyen las Siete Calles, repletas de comercios, restaurantes y bares para ir de txiquiteo -es decir, a tomar txikitos o chatos de vino y tapear con los amigos-. También encontrarás varios museos: Museo de Pasos de Semana Santa, Museo Diocesano de Arte Sacro, Museo Vasco y Museo Arqueológico de Vizcaya. Pero lo más destacable de esta zona es la gran cantidad de edificios emblemáticos de diferentes épocas que se pueden encontrar: La Iglesia de San Antón, la Catedral de Santiago, el Palacio Arana,  la Biblioteca Municipal de Bidebarrieta, la Plaza de Unamuno o la Plaza Nueva. Aquí está la otra zona de pintxos más animada de Bilbao. De todos los bares que se encuentran en la Plaza Nueva, nosotros entramos en dos: Gure Toki y Sorginzulo. Ambos nos gustaron mucho. En el mapa de abajo os dejamos algunos sitios más, muy recomendables.

Puente Calatrava

Contemplar las maravillas arquitectónicas del nuevo Bilbao

El puzzle arquitectónico de Bilbao no estaría completo sin sus piezas más modernas, impresionantes e innovadoras de finales del s.XX/s.XXI: Puente Zubizuri o de Calatrava, la Torre Iberdrola, el Bilbao Arena, el edificio de Sanidad (Osakidetza), e incluso las mismas estaciones de Metro diseñadas por Norman Foster -los fosteritos– son dignas de mención. La ciudad de Bilbao debe su fotogenia, en gran parte, a esta nueva arquitectura que invade sus calles.

Funicular de Artxanda

Funicular de Artxanda

La cima del monte de Artxanda ofrece una de las mejores panorámicas de Bilbao y para llegar, nada mejor que hacerlo en el «funi». El viaje, que conecta la Plaza del Funicular con el monte, dura 3 minutos y el inclinado trayecto supone una curiosa experiencia. Sobre todo, cuando el funicular pasa por una curva-cruce intermedia donde coinciden ambos transportes (el «funi» de ida con el de vuelta). Sin duda, tienes que apuntarlo en la lista de imprescindibles de Bilbao.

Puente Colgante

Puente Colgante

Merece muchísimo la pena llegar en cercanías a Portugalete para subir al Puente de Vizcaya o Puente Colgante. Se trata de una de las construcciones más sobresalientes de la Revolución Industrial y supuso toda una innovación en los medios de transporte conocidos. Este puente, declarado Patrimonio de la Humanidad, une Getxo con Portugalete. Puede cruzarse andando por su pasarela peatonal -¡a 45 metros de altura!- para poder contemplar unas vistas espectaculares o cruzarlo en la barquilla o góndola colgante capaz de transportar 6 coches y 200 personas al otro margen del río en unos 90 segundos. Lo mejor es probar ambas opciones. Además, existe un tercer modo de cruzar la ría del Nervión (Getxo – Portugalete), en bote.

 

¿Nos ayudas a encontrar el imprescindible número 10?

 – En morado los imprescindibles, en azul los bares de pintxos recomendados-.

2 Comentarios

    • Alba

      Pues a nosotros nos encantó. Y un fin de semana nos supo a poco. Yo ya estoy pensando en cuándo podré cuadrar unos días para hacer una rutilla por los pueblos del norte y hacer parada de nuevo en Bilbao. Se come de maravilla y la ciudad es muy muy muy fotogénica.

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