
Qué hacer en Lloret de Mar: planes para conocer el destino más allá de la playa
Lloret es excesiva, ruidosa y deliciosa en su desmesura, y quizá sea precisamente por eso por lo que funciona tan bien como destino vacacional. Pero atención, que detrás de esa carcasa de sol y playa late un patrimonio cultural muy interesante —entre otras cosas, la ciudad alberga la única residencia indiana visitable de toda Cataluña, los preciosos Jardines de Doña Clotilde y un imponente castillo de estilo neogótico que acoge un museo para ayudar a tomar conciencia sobre los efectos del cambio climático—. A continuación, te contamos qué hacer en Lloret de Mar si quieres descubrir todo el potencial de este destino.
Qué hacer en Lloret de Mar: un listado de cosas sencillas y reconfortantes por si el ‘dolce far niente’ se te queda corto
Aquí van unas cuantas ideas que combinan cultura, paisajes y algún que otro placer mundano.
1. Pasear por los Jardines de Santa Clotilde
En 1919, el marqués de Roviralta, enamorado de los jardines románticos italianos del Renacimiento, encargó este proyecto en honor a su primera esposa, Clotilde, quien falleció antes de verlos terminados. Las obras concluyeron tras la Guerra Civil. En 1994, fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional. Su diseño geométrico, las vistas espectaculares al mar y las esculturas de inspiración mitológica crean un ambiente idílico, ideal para perderse entre tilos, pinos, álamos y cipreses.
2. Caminar por el paseo marítimo hasta el castillo de Lloret
Al final de la playa Gran de Lloret de Mar, justo antes de llegar a Sa Caleta, se alza este castillo, uno de los símbolos más reconocibles de la localidad y declarado Bien Cultural de Interés Local en 2021. En su interior alberga un espacio museístico con tecnología inmersiva dedicado a sensibilizar sobre el cambio climático. La visita incluye una experiencia virtual, diversas exposiciones y una terraza exterior en la que es posible tomar algo con vistas al mar.
3. Visitar el cementerio modernista
A principios del siglo XX, muchas familias lloretenses enriquecidas en América invirtieron parte de su fortuna en construir panteones y esculturas funerarias para mostrar su estatus. El resultado es un cementerio que bien podría considerarse un museo al aire libre, con calles, plazas y arquitectura funeraria de notable valor artístico. Forma parte de la Ruta Europea de Cementerios y está declarado Bien de Interés Cultural.
4. Entrar en Can Font
Conocida también como Cal Conde o Can Piuet, esta casa construida en 1877 es uno de los máximos exponentes del modernismo en Lloret. Se visita bajo reserva previa y permite recorrer sus distintas estancias: sótano, planta baja, dos pisos superiores y buhardilla. Un espacio singular que merece la pena descubrir si te interesa este tipo de arquitectura.
5. Explorar el Museo del Mar – Can Garriga
Ubicado en pleno paseo marítimo, esta antigua casa indiana alberga un museo que narra la estrecha relación entre Lloret y el mar. Desde la construcción de embarcaciones en la playa hasta las travesías hacia América, el recorrido combina objetos originales, paneles interactivos y experiencias sensoriales. Una visita perfecta para familias o para esos días en los que el tiempo no acompaña.
6. Recorrer un tramo del Camino de Ronda
El Camino de Ronda es uno de los senderos más emblemáticos de la Costa Brava. Ofrece rutas de distintos niveles, ideales para disfrutar de acantilados, calas escondidas, pinares y las aguas del Mediterráneo. Además, es posible realizar algún tramo de los caminos de ronda en bicicleta siguiendo las vías verdes. En Lloret, el tramo entre la Playa de Lloret y la Playa de Fenals es uno de los más populares y accesibles.
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7. Comer pollo asado en La Campana
Todo un clásico en Lloret. La carta es breve pero contundente: pollo asado, patatas caseras, ensalada… y poco más. Sirven este menú desde 1964, y muchos (nosotros incluidos) lo consideran el mejor pollo de la Costa Brava. Un lugar sencillo y auténtico que, aunque no suele aparecer en las guías, merece la visita.
8. Tomarte una copa en Cala Banys
Esta cala rocosa, sin arena, es perfecta para nadar o pescar, pero también para disfrutar de una copa en su cocktail bar: un pequeño oasis con sofás bajos, música suave y cócteles clásicos. Puedes llegar caminando desde la playa a través del Camino de Ronda.
9. Cenar en la terraza arbolada de Mas Romeu
La propuesta gastronómica de Mas Romeu apuesta por el producto de temporada, con una cocina de base tradicional y ejecución cuidada. Su lema, “una buena cocina es el fundamento de la felicidad”, resume bien su filosofía. Su terraza de verano es un espacio fresco y agradable, especialmente al atardecer. Recomendamos reservar.
10. Hacer una escapada a los alrededores
Muy cerca de Lloret, Tossa de Mar destaca por su pintoresco recinto amurallado sobre el mar. Blanes, más tranquila, ofrece jardines botánicos y una amplia playa menos concurrida. Hacia el interior, localidades medievales como Pals o Peratallada invitan a perderse por sus callejuelas llenas de encanto.
Como puedes observar, hay mucho que ver en Lloret de Mar más allá del tópico de playa y fiesta: solo necesitas saber dónde mirar.

