Qué ver en Córdoba
ANDALUCÍA,  ESPAÑA

Córdoba: Un día perfecto en la ciudad perfecta

En este artículo te mostramos nuestro itinerario personal de un día platónico por la ciudad de los patios, las flores, la alegría y, por supuesto, el salmorejo. Vas a descubrir que una visita de pocas horas puede transformarse en una experiencia inolvidable. Descubre qué ver en Córdoba en un día (o más).

¿Cuándo vamos?

Córdoba está bonita -especialmente bonita- en su primavera. En el mes de mayo, cuando los patios están más vivos, y las fragancias de azahar y naranjos impregnan el aire. Sin embargo, la ciudad también se llena de gente, algo que queremos evitar en esta escapada. Buscamos desconexión y tranquilidad.

Los meses de verano, con su calor inmisericorde, tampoco son la mejor opción. Por eso, hemos decidido ambientar nuestra ruta de 24 horas en un apacible sábado primaveral de finales de marzo. O quizás en otoño. En ese momento, las temperaturas aún son suaves, ofreciendo el escenario perfecto para disfrutar de Córdoba sin aglomeraciones.

 

Un día perfecto en la ciudad perfecta:

Qué ver en Córdoba: 8 imprescindibles que te conquistarán.

  • Visita la Mezquita de Córdoba

Empecemos por el monumento más icónico de la ciudad, porque por algo hay que empezar. Todos los días, excepto los domingos, la entrada es gratuita de 8:30 a 9:30h (pon el despertador temprano, merecerá la pena). Este edificio atesora una historia que abarca ocho siglos pero, aún sin estudiarla en profundidad, la Mezquita de Córdoba emociona a cada paso.

Para conocer todos los rincones de este Patrimonio de la Humanidad, puedes realizar una visita por libre o una visita guiada. Esta última te ayudará a apreciar el lugar en su contexto y a descubrir curiosidades o detalles interesantes, como la trágica historia tras la Columna del Cautivo, la leyenda en torno a la fuente del olivo, o qué personajes ilustres descansan bajo su suelo. Sí, es probable que nos encontremos ante la caja de sorpresas más bonita del mundo.

Mezquita de Córdoba

Por cierto, la entrada al Patio de los Naranjos es libre y gratuita. A nosotros nos encanta pasear entre sus palmeras, cipreses y fuentes de agua.

Si no sois personas madrugadoras o queréis ver la Mezquita de una manera diferente, podéis hacer su visita nocturna.

  • Coge fuerza con un desayuno cordobés

En nuestro recuerdo, el desayuno cordobés perfecto es el de la tosta de tomate con jamón espizcado, el café con leche servido en vaso de cristal y la botellita de agua de cortesía. Sin embargo, en el escenario de los sabores más auténticos, el protagonismo indiscutible se lo llevan los jeringos -como se conocen localmente a los churros-. Así que, si compartes nuestro característico espíritu de no renunciar a nada, dirige tus pasos hacia la cafetería Don Pepe, resguardada tras la plaza de las Tendillas.

En este rincón llevan haciendo churros durante más de cuatro décadas, manteniendo la misma receta. Se nota la práctica en el crujir de estos jeringos, nada aceitosos, que bañados en chocolate son el culmen del placer. Por supuesto, también hay que pedir las tostadas, con el aviso de que media es suficiente para una persona. Desde aquí puedes tomar la calle Claudio Marcelo y descender hasta el Templo Romano para contemplar los restos de las murallas que atravesaban la ciudad.

  • El Alcázar de los Reyes Cristianos, no te lo puedes perder

Además de constituir un resumen de la historia de Córdoba, el Alcázar de los Reyes Cristianos es un escenario donde se gestaron episodios capitales de la historia de España. A lo largo de los años ha sido residencia real, fortaleza, sede de la Inquisición o cárcel. Posteriormente acogió instalaciones militares hasta su cesión al Ayuntamiento de Córdoba en 1955.

Córdoba

Sus jardines son, posiblemente, uno de nuestros lugares favoritos de Córdoba. De los que salen guapos en cualquier foto. Al lado del Alcázar se encuentran las Caballerizas Reales, descritas por Federico García Lorca como la «catedral de los caballos». ​

  • Descubre la magia de los patios cordobeses

Aunque el Festival de los Patios Cordobeses tiene lugar en le mes de mayo, fuera de temporada también es posible visitar muchos de ellos con mayor tranquilidad. En este enlace encontrarás algunos de acceso gratuito y abiertos durante todo el año. Aunque también puedes realizar una visita guiada de la mano de quienes mejor lo conocen y descubrir los secretos que esconde este Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

  • ¿Nos damos un paseo y comemos por la Judería?

El tiempo parece haberse detenido en las estrechas calles del barrio con más encanto de la ciudad. Cada bifurcación cuenta una historia y nos transporta a otra época.

Las paradas obligadas incluyen la Casa de Sefarad, que ofrece una fascinante visión de la cultura sefardí; la Sinagoga de Córdoba, un impresionante testimonio de la rica historia judía de la ciudad; y la estatua de bronce de Maimónides, donde tocar sus babuchas es una tradición proveniente de la creencia de que si se tocan, se recibe algo de la sabiduría. Además, no puedes perderte la pintoresca Calleja de las Flores, llena de color y fragancia, y disfrutar de una deliciosa comida en Casa Mazal, que fusiona la gastronomía judía con los sabores locales.

  • Pasea por el Puente Romano y sube a la Torre de Calahorra

Cuando esté al caer el atardecer, puedes cruzar el Puente Romano y ascender a la imponente Torre de Calahorra, ahora hogar del Museo Vivo de al-Andalus. Aquí nos sumergiremos en una exposición permanente que rinde homenaje a las tres culturas que dejaron su huella en la ciudad: cristiana, judía y musulmana.

Puente Romano Córdoba

Desde las vistas panorámicas del Puente Romano hasta la fascinante narrativa del museo, cada paso te adentrará más en la rica historia de Córdoba a través de los siglos.

  • Disipa el estrés en el Hamman Al Andalus: 

Como un romance en mitad del caos. Este lugar es un regalo de la justicia kármica cuando quieres que te coloquen en tu lugar: tripita arriba, salpicado de mimos, esencias y té. Dispuesto a recibir abrazos y caricias de agua hasta que tu piel empiece a convertirse en una pasa.

Aquí, entre piscinas y vapores es posible parar un poco el tiempo, encontrar un paréntesis de ingravidez.

Si quieres mucho a alguien y crees que se merece un homenaje, o un alivio contra las prisas de la vida moderna, quizás sea el momento de recogerlo con una pala y depositarlo con mucho cuidado en un lugar como este, donde el descanso manda y el cuerpo se usa solo para lo que le gustaría ser usado.

  • Para marcharte con el mejor sabor de boca, reserva en el restaurante ReComiendo:

Para completar la experiencia terapéutica en la ciudad cordobesa te recomendamos rendir homenaje a tus papilas gustativas en el santuario gastronómico de Periko, el ReComiendo, de donde es imposible no salir con la sonrisa puesta. El menú, que varía cada mes, supone una revisión de la cocina tradicional cordobesa, rescatando los platos que habitaron la infancia y la juventud de su chef.

Periko Ortega selecciona con destreza lo mejor de sus recuerdos, los platos de aquellos años que verdaderamente merecían la pena, y les da una vuelta de tuerca para sorprendernos a todos. Tiene mucho mérito, no solo por lograr que el resultado sea exquisito -por supuesto, lo es-, sino porque además debe estar a la altura de aquellos  maravillosos años. Porque la gastronomía también es comunicar.

La primera vez que visité este restaurante, el menú apenas superaba los 30 euros por comensal. Ahora, cuentan con tres opciones, siendo el más breve (con 17 pases) suficiente para colmar cualquier apetito. Este tiene, ahora mismo, un precio de 72 euros. Merece mucho la pena el desembolso.

ReComiendo ha logrado ganarse el corazón de los sibaritas cordobeses y, lo digo a boca llena, también el nuestro.

Algunos sitios más por los que deberías dejarte caer…

  • Plaza de la Tendillas
  • Plaza del Potro
  • Plaza de los Capuchinos (Cristo de los Faroles)
  • Palacio de Viana
  • Iglesia de Santa Marina
  • Museo Julio Romero de Torres
  • Museo de Bellas Artes
  • Museo Arqueológico
  • Medina Azahara

Córdoba es todo lo que está bien. Dedica tiempo a perderte por la ciudad y vendrás a darnos la razón.

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