experiencias para regalar
GASTROESCAPADAS,  INSPIRACIÓN VIAJERA

Estas son las experiencias que me gustaría que me regalaran esta Navidad (y si tienes amigos viajeros, también les encantarán)

Además de ser una de las mejores formas de sorprender a quienes aparentemente tienen de todo, pocos regalos materiales emocionan tanto como una experiencia. Al final, es la excusa perfecta para romper la rutina, descubrir un sabor o un paisaje distinto o hacer algo por primera vez.

Este año hemos seleccionado varias propuestas para que los Reyes Magos encuentren inspiración y para que cualquier viajero reciba el regalo que realmente merece.

Las mejores experiencias para regalar en Navidad de 2025:

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Efteling (@efteling)

1. Un día en un parque de atracciones

Una experiencia que combina adrenalina, nostalgia y —esa tan necesaria a estas alturas del año— desconexión del mundo real.

  • En España, el Parque Warner de Madrid ofrece la posibilidad de regalar entradas con fecha abierta y paquetes que incluyen alojamiento. Para quienes quieran vivirlo sin colas ni prisas, existe también una opción VIP con acceso prioritario y pulsera All Inclusive.
  • A 35 kilómetros de París, el Parc Astérix —con más de cincuenta atracciones inspiradas en el universo del irreductible galo de los cómics— dispone de una tarjeta regalo válida durante doce meses y canjeable por entradas, comidas, recuerdos o estancias en sus hoteles temáticos.
  • En Reino Unido, Alton Towers  propone regalar su Day Ticket Voucher para disfrutar en un solo día tanto de sus míticas montañas rusas como del resto de propuestas para toda la familia.
  • Y en los Países Bajos, Efteling, el parque temático inspirado en los cuentos de hadas, ofrece una gift card recargable (entre 5 y 150 €), válida durante tres años para entradas, estancias o compras dentro de su mágico recinto.

2. Enoturismo en alguna de las bodegas más bonitas de España

Para quienes disfrutan de la naturaleza, la arquitectura y las conversaciones pausadas frente a una copa de vino, una experiencia de enoturismo es siempre un acierto.

  • En el Empordà, Castillo Perelada combina seis siglos de tradición vinícola con una firme apuesta por la sostenibilidad. Entre sus propuestas destacan la Visita Premium Viñedo + Bodega —que incluye copa de bienvenida en la viña, cata de vinos de gama alta y un platillo de quesos y embutidos— y la Visita Bodega y Gastronomía 1923, que culmina con una comida en el Wine Bar Celler 1923.
  • En pleno valle del Duero, Abadía Retuerta LeDomaine lleva el concepto de bodega más allá, convirtiéndose en un auténtico santuario del vino y el bienestar dentro de una abadía románica del siglo XII. Inmersiones enológicas, aperitivos camperos, catas de añadas históricas o talleres de panadería tradicional son solo algunas de las experiencias que pueden regalarse.
  • En Elciego (Álava), Marqués de Riscal deslumbra con la audacia arquitectónica de Frank O. Gehry. Su Ciudad del Vino fusiona historia y vanguardia: la bodega original de 1860 convive con el icónico hotel de titanio y acero diseñado por Gehry. Las visitas incluyen la cata de tres de sus vinos más representativos y, si se desea, una comida en el restaurante Tradición.
  • Y en Galicia, Bodegas Fillaboa, una de las más antiguas de la comunidad y la única integrada en Grandes Pagos de España, ofrece un recorrido por los viñedos que rodean su pazo señorial y que culmina con la degustación de dos de sus vinos más emblemáticos: Fillaboa y Fillaboa Selección Finca Monte Alto. Aqui el paisaje se bebe en cada copa. Literalmente.

3. Una entrada a un museo inesperado

  • En Lanzarote, el Museo Atlántico —el primero de arte submarino en Europa— redefine por completo la idea de museo tradicional. Más de 300 esculturas a tamaño real reposan entre 12 y 14 metros de profundidad, formando un paisaje onírico que es, además, un motor de regeneración marina: las piezas funcionan como arrecifes artificiales que atraen fauna y favorecen la biodiversidad. La experiencia está abierta tanto a buceadores certificados como a principiantes.
  • Sin salir de la isla, conviene acercarse a dos de los espacios más emblemáticos concebidos por César Manrique. En Tahíche, la Fundación César Manrique ocupa la vivienda que el artista diseñó sobre una colada de lava, un impresionante ejercicio de armonía entre arquitectura y naturaleza. En Haría, su Casa del Palmeral conserva el taller, los objetos personales y la serenidad del entorno en el que vivió hasta su muerte en 1992. Dos lugares complementarios que permiten entender al creador que transformó para siempre la fisonomía de Lanzarote.
  • De vuelta a la península, en Ronda (Málaga) LA Almazara Museo, propone un viaje sensorial por la historia y el proceso de elaboración del aceite de oliva. Diseñado por Philippe Starck, el espacio combina diseño, arte y gastronomía en un homenaje a la tradición y a la innovación. La Visita Premium incluye un recorrido guiado por el museo y el olivar, una explicación del proceso industrial y una cata de aceites con pan artesanal. Una experiencia que reivindica al AOVE como el verdadero oro líquido del país.

4. Una noche en un hotel rodeado de nieve (se esquíe o no)

No hace falta saber esquiar para disfrutar de la nieve si te alojas en el lugar adecuado.

  • En Formigal-Panticosa, al norte de Aragón, Las Mugas convierte la nieve en un escenario casi mágico: iglús panorámicos, noches bajo las estrellas y cenas con sello Michelin en plena montaña. El ascenso en máquina Ratrack y las rutas guiadas con raquetas completan una experiencia donde el amanecer iluminando las cumbres es, en sí mismo, un regalo.
  • En Granada, El Lodge Ski & Spa ofrece un refugio de lujo inspirado en el interiorismo nórdico, con jacuzzis privados, vistas de vértigo y acceso cómodo a pistas. Perfecto para relajarse, pasear entre montañas o teletrabajar al abrigo del invierno.
  • Y en Andorra, Park Piolets Mountain Hotel & Spa fusiona bienestar y alta montaña: spa panorámico, chimenea, terraza Champagne Bollinger y una propuesta gastronómica de lo más apetecible. Sus habitaciones con vistas al valle y su servicio Ski Concierge garantizan que todo —desde el alquiler de material hasta las reservas de actividades— sea sencillo.

5. Un trayecto en un tren especial

Para los viajeros románticos que disfrutan de observar el paisaje y la posibilidad de entablar conversaciones con desconocidos en el vagón cafetería, un tren temático puede ser un regalo inesperado y memorable.

Renfe propone cada año rutas para todos los gustos. El Tren del Vino, en Valladolid, combina paisajes de viñedos con catas y visitas a bodegas históricas. La Ruta de los Quesos de Galicia recorre pequeñas queserías artesanas donde degustar elaboraciones locales mientras se descubre su historia y tradición. Y el Tren de los Molinos, en Castilla-La Mancha, invita a sumergirse en los paisajes icónicos de la Mancha —molinos, llanuras infinitas y pueblos blancos— a través de paradas culturales y experiencias gastronómicas. Y hay muchos más.

Todas estas rutas tienen algo en común: obligan a disfrutar del camino tanto como del destino.

6. Reserva en uno de los mejores desayunos y brunches de hotel en España

Tomar el brunch en The Artist – Grand Hotel of Art, con las mejores vistas de Bilbao, es una forma de comenzar el día con buen pie. La carta combina lo dulce y lo salado con propuestas claras y bien hechas: tortitas esponjosas, fruta fresca, huevos benedictinos y opciones veganas y sin gluten, siempre preparadas con producto local.

En Finca Cortesín (Casares, Málaga), galardonada con el premio al Mejor Desayuno de Hotel por Madrid Fusión, cada detalle se cuida como si fuese un ritual: mesas junto a olivos centenarios, productos de proximidad, pastelería y bollería casera, huevos frescos, zumos recién exprimidos y jamón ibérico de bellota. Todo se hace a la carta, nada de bufé, y con un equipo de sala y cocina que asegura que la experiencia sea perfecta.

En Atrio (Cáceres), el tres estrellas Michelin de Toño Pérez y José Polo, el desayuno es un festín que puede incluir visita a la bodega. Migas extremeñas con huevo, ensalada de frutas con yogur, bollería artesanal, montaditos de jamón ibérico y café de primera: un desayuno “con mayúsculas” en un restaurante excepcional.

En el madrileño Hotel Santo Mauro el brunch de fin de semana se sirve en el jardín o en la biblioteca del palacio, en el ambiente más elegante que puedas imaginar. Incluye bollería, panes artesanos, fruta fresca, jamón ibérico y opciones más gastronómicas como ostras, steak tartar o huevos mimosa con caviar. Cierran la experiencia los siempre apetecibles postres que van desde la tradicional torrija con helado de chocolate hasta el flan parisien. Un plan pensado para disfrutar sin prisas y saborear cada detalle.

7. Escapada a la Capital Española de la Gastronomía 2026: Jerez

Jerez ha sido elegida Capital Española de la Gastronomía 2026 y durante todo el año se transformará en un destino imprescindible para los amantes del buen comer y del vino. Más de 60 eventos recorrerán la ciudad: rutas por los tabancos, jornadas de producto, showcookings, ferias y festivales, ofreciendo la oportunidad de descubrir la ciudad a través de su mesa.

 

En este post sobre experiencias para regalar no hay enlaces de afiliados ni colaboraciones con las marcas mencionadas.

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *